Muchas veces, el anhelo de estar delgada, el deseo de tener el cuerpo perfecto, la presión de profesores de ballet o la obsesión con el peso, conducen a una alimentación desordenada que se traduce en bulimia y anorexia.
Algunas bailarinas obsesionadas con su peso, piensan que no tienen el cuerpo idóneo para bailar, influyéndose por estereotipos vistos en revistas, películas o fotos. Su meta es obtener un cuerpo delgado, lo que a veces desemboca en anorexia.
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